Hoy es el primer día sin Franco en un mausoleo predemocrático. Sus huesos no irán a un lugar desconocido.
Hoy brindo por Felipe González Villatoro, mi abuelo, que fue al frente a luchar por la democracia y aún sigue desaparecido en algún lugar de este país.
Mi abuela se despidió de él yendo al campo donde trabajaba con un atillo de comida y alguna cosa más. Se dijeron adiós allí mismo y para siempre. Desde entonces fue viuda, y quedó al cargo de dos hijas y de su madre y nunca más volvió a hablar de él.
Sus hijas se criaron huérfanas de padre en una dura posguerra. Las crió vendiendo huevos de sus gallinas, yendo con un burro cargado a Ávila cada día, que está a 10km del pueblo.
Ni siquiera a sus nietos nos habló del abuelo Felipe. Su respuesta siempre era "yo de eso ya no me acuerdo", con un gesto de disgusto que escondía un profundo dolor, el que llevó consigo hasta el día de su muerte.
Hoy España es un país más libre que ayer. Se ha desactivado un símbolo de la humillación de la memoria de todas las vidas y familias rotas por el Franquismo. Brindo por ello y por ellos, mis abuelos.