En diciembre de 2016 Íñigo Errejón era el número dos de Podemos. Unas semanas antes de Vistalegre 2 le fotografié en el Congreso de los Diputados, pegado a su móvil.
Contaba en otra entrada a este blog que habría que esperar a ver quién ganaba en la batalla de "Ilusión vs. Rencor".
Pablo Iglesias y él estaban distanciados por varios motivos, uno de ellos la inclusión de IU a Podemos.El modelo de partido de ambos era diferente. Errejón quería que fuera independiente, heredero del 15M, sin ataduras a partidos tradicionales, mientras que Iglesias quería liderar una suma de izquierdas, lo que llamó "un bloque histórico" formado por IU, Equo y partidos de izquierda gallega y catalana. Ganó Pablo. También en Vistalegre 2. Y le humilló. Un verbo que a Iglesias le gusta mucho usar.
Errejón encabezaba una corriente que velaba por la pureza del proyecto inicial, con una simbología propia, que recordaba la iconografía del 15M. No había puños en alto sino el símbolo de la victoria y vendía ilusión -llegaron a crear la cuenta @recupeilusión ya desaparecida-.
Pablo Iglesias, sin embargo utilizó el “rencor como combustible político” así como la "politización del dolor" para aquel ciclo político.
Hoy sabemos que todo acabó con Errejón descabezado y finalmente fuera del partido, como el resto de los fundadores, salvo Iglesias.
La fagocitación de Izquierda Unida dentro de Podemos, se le indigestó tanto a una parte del partido que acabó expulsando a uno nuevo: Más Madrid, que ahora se presenta a las generales. ¿Se acabarán llamando Más País?
Visto con perspectiva, parece que el movimiento 15M tuvo unas consecuencias políticas de enorme calado. Sacudió el escenario de tal manera, que fue la causa de la creación de Podemos. Lo que permitió que apareciera Ciudadanos como respuesta, poniendo en jaque por primera vez al bipartidismo y finalmente abriendo el arco político de la derecha y la izquierda, de tal manera, que incluso ha emergido de qué manera la extrema derecha con Vox y ahora Más Madrid en la izquierda. Los dos últimos partidos, que no tienen nada en común, salvo que van a ser los más insultados por todos los demás.
Han ardido todas las encuestas y de sus cenizas emerge un monstruo de 6 cabezas, o más bien un fake de bipartidismo con 3 caras a cada lado dispuestas a moderse en dos bloques, pero también todas contra todas.
No sé si algún día volveremos a ver un Gobierno. Pero este canibalismo político nos va a tener muy entretenidos. Esperemos que no llegue a aterrorizarnos.
Empieza el espectáculo. Tod@s a votar
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