La Magia de Casablanca está en que todo es familiar y ajeno a la vez.
En la calle percibes tantas miradas de reconocimiento como de extrañeza.
Puedes ver un cartel de feliz publicidad frente al desastre, o sentirte perdido en sus medinas y mercados, desear paraísos al frotar una bella lámpara de aladino o tomar champán en el Rick's de la película homónima.
En definitiva puedes soñar con lo desconocido y maravilloso.
Nos encantó
No hay comentarios:
Publicar un comentario