En los bares a altas horas.
Cuando casi sólo quedan los habituales.
Es fácil ver historias de tristeza.
Unos buscan la solución al fondo
de la taza del café.
Otros en la máquina tragaperras.
Y todos al final se quedan con un sabor amargo
En el último trago,
En el último número jugado.
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