Emilio es el alcalde de mi pueblo. Berrocalejo de Aragona.
Tiene linde -frontera- con el municipio de Ávila.
Es un pueblo independiente, no pertenece al municipio de Ávila.
El siguiente pueblo es Brieva, que sí lo es desde hace años.
Y pasó a serlo bajo falsas promesas de prosperidad
que cristalizaron en una cárcel de mujeres. La famosa cárcel de Brieva.
Ahora se acercan las elecciones, y Emilio se presenta para renovar el cargo.
No hay más de 50 habitantes empadronados, pero algunos vinieron a vivir de la capital.
Se han presentado candidatos que no viven allí.
Y si ganan nos convertirán en la periferia de la ciudad, y vendrá alguna de sus escorias.
Tenemos la certeza de que sería así, porque a Vicolozano, el otro pueblo limítrofe con Ávila,
que también pasó a ser un barrio avulense, le impusieron un polígono industrial, cuyos vertidos por cierto van a dar a nuestro río.
Así pues, espero que gane Emilio, este humilde agricultor,
que sigue quejándose de que nadie les tiene en cuenta.
Hasta los meteorólogos llaman buen tiempo al calor
en un país que se está desertizando.
Y como él dice parafraseando al refrán:
"Malo pa usted, bueno pal campo".
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