sábado, 10 de octubre de 2009

Las eternas fiestas del pueblo

Todos los años que voy a la fiesta de mi pueblo me emociona ver con qué entusiasmo se viven, a pesar de ser tan pequeño. Hay momentos impagables, como ver a los tuyos bailar la jota a la puerta de tu casa como si estuvieran en el mejor concierto del mundo, o ver a mi padre feliz bailando con su nieto. Aunque puesto a elegir momentos, me quedo con el de mi hermana camino del pilón.
Es como si se parase el tiempo en un auténtico momento de felicidad: todavía huelo a atardecer de verano, sin nada que hacer salvo esperar a que se ponga el sol.


1 comentario:

  1. ohhh que envidia me das haber visto como Encar caia al pilon gracias a Joserra con esa sonrisa de oreja a oreja, que jodio que tecnica mas depurada se nota que entrenaba verano tras verano.
    Y el Piripiii pi pi piroriri riro rii... de la dulzaina, no hay nada como una J bailada con los vecinos del Rincon.

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